Lissette a tomado un nuevo rumbo, se acercó más a su marido y entendió que no puede dar más atención a sus amigos que a su propia familia. Insiste en que es un defecto con el que nació ( lo que no es excusa para no corregirlo). El argumento con el que intenta justificar sus actos es "Necesitaba cambiar de aire para evitar la rutina".
Esto me tiene pensando hace un tiempo ya en el famoso "cambio de aire". Lissette viajó mucho pero no volvía más calmada, o tranquila, o desestresada. Era tanta su desesperación por volver a "cambiar de aire" que se comportaba irascible entre una salida y otra.
La conclusión es que su problema no es la rutina ni la solución es cambiar de aire.
Hasta este punto aún no puedo dilucidar cuál es el verdadero problema de Lissette, supongo que un profesional lo podrá decir (sí, a estas alturas ya creo que lo necesita), podría ser angustia, depresión , stress o todas las anteriores. Lo que sí me quedó muy claro es que "cambiar de aire" no era ni es la solución. Huir físicamente de un lugar no te aleja de tus sensaciones, puede causar la ilusión de dejar atrás tus sentimientos y pesares pero esas cosas no ocupan espacio, están en nuestra cabeza.
Todos hablamos de cambiar de aire cuando queremos hablar de un cambio físico para olvidar nuestros problemas, en otras palabras "vacaciones". Pero no importa cómo sean nuestros problemas y deberes, nuestros pesares siempre van con nosotros y no se les puede dejar atrás (físicamente hablando). Puede ser por esto que Lissette necesitaba salir una y otra vez de viaje, sin darse cuenta salía a buscar nuevamente la solución a un problema que nunca resolvía.
La solución según yo, radica en cambiar el aire propio y la forma de respirarlo. Enfrentar las sensaciones y sus orígenes para equilibrar nuestra mente, nuestra forma de sentir y de percibir nuestro entorno. Un círculo virtuoso en el que la solución a nuestras malas sensaciones (stress, ira, ahogo, soledad, tedio, etc) sea el disfrutar de nuestras rutinas, o bien no transformar todas nuestras acciones "cotidianas" en "rutinas". Ver las misma cara antes de dormir o apenas despiertas se supone que debe ser romántico no rutinario, cocinar para tu familia cada día (o con la frecuencia que sea) se supone que es un acto de amor, llevar el sustento a casa y pagar las cuentas es un demostración de responsabilidad y de orgullo y no otra excusa para autoconvencerse de que estás atrapado en una rutina.
Si todos estos quehaceres son inevitables ¿para qué estresarnos diciendo lastimosamente "es siempre lo mismo"?
No huyas, no cambies de aire. ¡Cambia tu aire!
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