¿Cuantas veces hemos escuchado que en nuestro país no hay espacios para la cultura?
Creo que muchas y más de las que me gustaría recordar.
Existen dos tipos de personas que piden espacios para la cultura: Los que quieren mostrarla y los que quieren acceder a ella. Y es así que de cuando en cuando escuchamos a gente del público que necesitan tener más llegada a las expresiones culturales, esto se entiende ya que en muchas ocasiones una entrada a un espectáculo cultural se vuelve algo inalcanzable y pasa a ser un lujo.
Por otro lado está también la gente que no tiene medios para ejercer el arte, ya sean músicos, actores, pintores, etc.
Si bien puede ser discutible el fin último de cada una de las partes no me voy a referir a eso (aunque vale la pena mencionar que en posturas extremas hay público que quiere acceder a la cultura pagando nada, lo cual es contraproducente para los artistas y también hay artistas que quieren hacerse ricos lo cual es contraproducente para el público) lo que voy a tratar ahora es sobre el escenario ideal, que es cuando se abre un espacio gratuito para la cultura.
Esta semana me toca trabajar en un supermercado en Til-Til (lo cual me apesta ya que me aleja de mi familia) Cuando llegué al local encontré un letrerito pegado promoviendo cine gratuito en la biblioteca municipal de Til-Til.
¡Grandioso! me dije, en un pueblito lleno de parcelas con gente que trabaja tanto dentro como fuera de la comuna, en la que no hay un cine o un video club esta iniciativa es genial. Las películas a exhibirse el día Sábado 13 de febrero eran el documental "Victor Jara" y la película "El Mago de Oz".
Yo nunca había visto el documental, y seguí sin poder verlo porque tenía que trabajar a esa hora y "El Mago de Oz" es una película muy antigua que al menos unas tres generaciones no la han visto y me parecía bien que la gente tuviera acceso a verla.
Pero mi sorpresa fue enorme cuando una niña que trabaja cerca de la biblioteca me contó que el día sábado no había nadie en la biblioteca, y no pude dejar de preguntarme: ¿qué pasó?.
Pues mi primera conclusión es que la flojera nos está ganando, ya que me hizo recordar a mi hija, a la cual supuéstamente, le gusta mucho el teatro (y tiene aptitudes) pero no aprovechó ninguna de las funciones gratuitas de teatro que se hicieron en la comuna de Quilicura (qué no sé cómo habrá estado de público) a la módica suma de 3 cuadras de nuestra casa, simplemente prefirió seguir chateando/viendo tele en la casa.
La segunda conclusión es que la petición de cultura por parte del pueblo que menos recursos tiene, es un discurso aprendido pero no es una necesidad asumida por esta gente. Mi esposa y mi hija fueron testigos de como un grupo de actores fueron escupidos, molestados, interrumpidos y mal tratados en un espectáculo gratuito. Esto me demuestra que la gente que fue a ver la obra no quería ir a ver la obra querían seguir "vacilando".
Y es que hoy en día el espíritu del pueblo (por así decirlo) está siempre de fiesta y no conocen otra forma de ocio.
Es lamentable pero al parecer los que más aprovechan los espacios para la cultura son los artistas.
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