4.7.16

El Egoísmo

Lo que alguna vez fue un defecto aislado, algo que era criticable incluso entre personas sin relación directa, hoy se encuentra masificado incrustado en la sociedad disfrazado de derecho.

Cuando el hombre era el género dominante la mujer era vista no sólo como inferior, era más bien inexistente, tanto así era su desdicha que si llegaba a alzar la voz por su propio bienestar podía ser maltratada físicamente. La explicación o la justificación del maltrato no era otra que el egoísmo: El hombre no era capaz de ceder su comodidad en beneficio de la servidumbre que lo acompañaba; parir y servir debía ser el destino de la mujer para que el mundo no se acabara.

Los años pasaron y la voz de la mujer fue tomando fuerza, fue logrando la anhelada igualdad. Pero al día de hoy - si bien faltan algunas cosas - parece que nada es suficiente. Hoy la mujer ya puede votar, estudiar, trabajar y tiene libertad plena sobre su vida sexual. Sin embargo siguen sintiéndose maltratadas, su conducta tiende a ser tan cuestionable - o derechamente despreciable como lo fue la de los hombres y si se les llega a criticar se puede ver su egoísmo defendiendo un actuar más que sólo cuestionable. La mujer ganó su libertad pero perdió la virtud de la inocencia que la hacía moralmente superior al hombre.

Pero estos ejemplos son pequeños y casi insignificantes comparados con los egoísmos más extendidos y aceptados.

Cuando se trata del bien común lo particular se interpone como una falsa norma. Un ejemplo de esto es lo que pasa con la restricción vehicular. Los conductores afectados salen en masa antes de la hora de vigencia para evitar una multa siendo que la idea es no utilizar el automóvil para evitar contaminar, logrando contaminar casi lo mismo, sólo que antes. Otra vez se privilegia el bien particular por sobre el bien común, la comodidad propia por sobre la salud de todos.

Los alimentos se encarecieron a principios de 2000 por la creación del bioetanol, una muestra de que es más importante que unos pocos puedan viajar en auto a que los alimentos sean más asequibles.

La infidelidad merma al ser humano moralmente, empobrece a la sociedad, todo en el beneficio del placer individual.

La política se ha vuelto descarada en el favorecimiento a sus colaboradores y todo para poder tener sus propios desmesurados ingresos.

Y qué decir de los vendedores de droga: les importa un rábano que la juventud se corrompa o que las familias se destruyan mientras ellos obtengan esas cantidades obscenas de dinero.

Y en la vida diaria hemos convertido cada oportunidad en un derecho, cuando hay un beneficio material al alcance no nos detenemos a pensar si lo merecemos o si alguien lo merece más que nosotros, y si lo hacemos lo hacemos muy cínicamente encontrando justificaciones ramplonas para no renunciar a bienes o beneficios que tal vez ni siquiera necesitamos. Esta sociedad se convirtió en un adicto obsesivo por el fin en desprecio de los medios. Se cambió la ambición por la codicia. Por ejemplo: una carrera profesional es una forma de ganar estatus y enriquecimiento y no un modo de vida, y obtener un título profesional se vuelve un fin siendo que el verdadero significado de éste es que se ha acopiado conocimiento suficiente para desarrollar una actividad económica; es un resultado.

Al escuchar argumentos como estos la gente tiende a incomodarse y se refugian en frases como "es que todos lo hacen", "si no lo hago yo lo va a hacer otro", dejándole la decisión a un número y no a una razón. Tal vez no se dan cuenta que "el colectivo" es la suma de muchos "particulares" y por eso es que el cambio propio es necesario, por eso es que "el cambio comienza contigo" no es un cliché, es una verdad, densa y maravillosa.

Falta ser decididos, querernos y querer al prójimo.

26.7.15

Los tres derechos humanos que nos faltan

Hay ciertas convicciones que me cuesta creer.

Soy de criterio moderadamente amplio, pero de verdad que hay situaciones y condiciones que me cuesta aceptar.

Al leer las declaraciones de Guillermo Ramírez me queda claro que o es obstinadamente partidario del régimen militar (cosa que podría ser) o no es capaz de reconocer ante sus pares que está equivocado (y esto es con lo que yo fantaseo).

De verdad que muy inocentemente me convencí de que este señor sabe que está mal pero que, como representante de una bancada de derecha, no puede decirlo por temor al rechazo.

El biólogo y filósofo Huberto Maturana nos propone tres derechos que faltan en la carta de declaración de derechos humanos.

  1. El derecho a equivocarse: Si uno no ve los errores no puede remediarlos, y esto conlleva dejar de ser una autoridad ya que "Los sistemas autoritarios jamás se equivocan, porque para equivocarse uno tiene que aceptar que no es autoridad. Tiene que aceptar que no es dueño de la verdad".
  2. El derecho a cambiar de opinión: En la medida que uno puede ejercer el derecho a equivocarse se hace necesario el derecho a cambiar de opinión aunque esto, por más que sea un derecho, tiene también la necesidad del reconocimiento explícito. "Antes dije esto y ahora no pienso lo mismo, creo haber estado equivocado".
  3. El derecho a irse: una muy interesante propuesta de sus alumnos. "La convivencia no debe ser una cárcel".

Así que, Guillermo Ramírez, puede que no esté familiarizado con los derechos humanos pero sería bueno que le diera una vuelta, tiene tres derechos que puede ejercer.

Si realmente piensa lo que dice, bueno, es una pena y sigo siendo un iluso.

29.3.15

El día de la tierra ¿Es suficiente?

Mucho se habla del día de la tierra. La idea de mantener las luces apagadas durante una hora durante un día al año llama mucho la atención entre la gente. Se enojan con aquellos que no quieren participar y maldicen y desean las penas del infierno y vaticinan malos augurios a quienes no tomen parte en esta iniciativa.

Pero no puedo dejar de preguntarme ¿Es suficiente? ¿De verdad un gesto una vez al año es suficiente para lograr generar conciencia? Me gustaría destacar que la meta de crear conciencia es generar hábitos.

En mi humilde (y reconozco que corrosiva e incisiva) opinión, son otras cosas que debiéramos hacer en forma regular para descontaminar tanto el ambiente como la sociedad.

1.- Apagar los celulares: Tenemos nuestros aparatos encendidos 24 horas al día, conectados a internet constantemente para mantenernos siempre presentes e informados. Las horas de comida familiares están siempre interrumpidas por conversaciones con gente que no está con nosotros y el panorama en la mesa es el de mucha gente que ya no se mira a la cara y que finge escucharse. Además de la despersonalización de las relaciones familiares esto trae consigo un gasto de energía que aunque es pequeño, es desmedido. Necesitamos constantemente mantener cargadas las baterías de estos dispositivos ya que el uso del wi-fi consume más batería, y consume aún más el uso de redes móviles. Propuesta: Dada cierta hora, que puede ser cuando uno llega a casa, apagar el aparato para maximizar el uso de la carga, esto alarga la vida útil de la batería y hace que la energía eléctrica que se utilice para cargarla sea más acotada.

2.- Apagar los computadores que no utilizamos: Trabajé en una fábrica de software en la que era prácticamente el único que apagaba su equipo a diario. Las labores terminaban a las 19:00 horas y se reanudaban a las 09:00. El problema era que les "daba flojera esperar a que el computador se iniciara". De verdad que no entendí como era posible que dejaran un computador encendido durante 14 (y los fines de semana 62) horas para evitar esperar de 5 a 7 minutos (en el peor caso).

3.- Carretear más temprano: Los jóvenes tienen una idea (y que empíricamente comprobé que no pueden explicar) de que un carrete es bueno "sólo" si empieza tarde, esto es cerca de las 02:00, para terminar cerca de las 05:00 (y a veces hasta el otro día). Veamos qué significa esto.

  • Que se utiliza energía toda la noche en forma ininterrumpida para mantener la luz.
  • Que se utiliza energía casi toda la noche para mantener altos niveles de música constantemente sonando.
  • Que, de ser un local externo, la gente que trabaja en esos locales se va muy tarde a sus casas.
  • Que los niveles de melatonina de la población están fuera de control con sus correspondientes consecuencias a la salud.
  • Que la gente que vive cerca de donde ocurre una celebración también ve su descanso mermado.
Imaginemos que empezamos un carrete a las 20:00 o las 21:00. Significaría que desde las 23:00 o 00:00 hrs. el consumo de energía empezaría a descender para que cerca de la 01:00 hrs. se haya reducido al mínimo y la gente tenga gran parte de una "noche" de sueño reparador.

Esto es lo primero que se me ocurre a vuelo de pájaro y hay muchas medidas más. Pero lo importante es que estas deben hacerse una costumbre, un hábito y un modo de vida. Seguir consintiendo nuestros vicios y teniendo gestos una vez al año, créanme que ayuda poco.

Es como la ilusión de que somos solidarios en tiempos de teletón, no lo somos, estamos dando a cambio de un show con muchos artistas. Ellos tampoco lo son, utilizan la vitrina, pero "es tan bonito el gesto"...

19.10.13

La migración como control económico.

Precisamente hoy y precisamente ahora, acabo de terminar de ver un reportaje en el que se habla del racismo en Chile.

Para mí no es novedad, desde pequeño sufrí de discriminación por ser de tez morena (incluso, un poquito dentro de mi familia) siendo que nací y crecí en Arica, en donde la mayoría de la población tiene mestizaje Aymara, pero que los pocos "blancos" que había, hacían festín con los menos degenerados genéticamente (a ver si les gusta ahora).

Pero lo que me llamó la atención del reportaje es que aseguraron que una de las sensaciones que tiene el pueblo chileno es que los inmigrantes se quedan con plazas de trabajo que podrían ser para nuestros paisanos, pero también se aseveró que esta creencia es falsa ya que habría pleno empleo y la mano de obra no especializada estaría siendo llenada por estas personas..

Entonces en un análisis muy rápido quité a los inmigrantes de la ecuación y me quedó una taza de desempleo absurdamente favorable. ¿La consecuencia? Si fuera cierto que existe el pleno empleo, si fuera cierto que hay más plazas de trabajo que trabajadores, y si no hubieran inmigrantes ¿creen que alguien en Chile ganaría el salario mínimo?

Nadie.

Entonces ¿por qué los últimos gobiernos han fomentado la inmigración? Precisamente para controlar este factor de la economía ya que si los sueldos suben por falta de mano de obra esto provocaría inflación pero también muchísimo mayor poder adquisitivo y créanme que para la política tradicional chilena no hay nada peor que un pueblo satisfecho.

¿No me creen? Es algo lógico. Cuando alguien vive en el descontento con muy muy muy poquito se le hace pensar que está siendo bendecido, con apenas unas migajas, se le hace creer que es feliz. Esta es una técnica del Marqués de Sade.

29.8.13

La reticencia al cambio y el espacio propio.

Puedo aprender cosas nuevas. Puedo aprender nuevos lenguajes, nuevas metodologías, con mucho esfuerzo algo de negocios y en general mi mente está abierta para nuevos conocimientos y nuevas tendencias.

Supongo, que como todo o casi todo el mundo hay algunas cosas que no quiero cambiar y que no quiero aprender.

No quiero aprender a expresarme utilizando convulsivamente tantos garabatos y palabrotas, prefiero decir un garabato y no que se me anden cayendo.

No quiero aprender a estar solo. La individualidad no me es cómoda, creo en el concepto de familia, tal vez en forma exagerada, pero si me puedo permitir un vicio, prefiero que sea ese.

No quiero aprender a ser un pillo. Aún creo en las reglas, creo que sirven, creo que la procesión más valiosa es la verdad, que la riqueza más infinita es la sinceridad, que la conducta más provechosa es la autocrítica.

No quiero aprender a dejar a mis hijos ni a los hijos de nadie a la deriva de sus instintos sin haberlos educado (y que no es lo mismo que instruirlos, eso se hace en el colegio).

No quiero aprender a hacer lo que todos hacen porque todos lo hacen. Quiero aprender a hacer lo que todos hacen y que en verdad me sirve y me acerca a los que quiero.

No quiero aprender a decir lo que pienso, prefiero aprender a pensar lo que digo.

Si voy a ser porfiado, prefiero porfiar en esto y no en ser más hedonista. o autocomplaciente.

Tal vez una de las cosas que no quiero aprender pero que deberé aprender es a disfrutar el espacio propio. Nunca lo he necesitado, nunca me ha hecho falta, pero esto parece molestarle a todos ya que todos me repiten como un comercial de televisión "disfruta tu espacio propio", lo cual no es más que un síntoma de como todos exigen su espacio propio (a través de el mío... mmm... que raro).

25.8.13

El derecho a la invisibilidad

A veces no existimos.

A veces somos una figura que ocupa un espacio que nadie necesita ni extraña.

A veces somos lo que le sobra a aquellos que necesitamos.

A veces aquellos a los que necesitamos no nos necesitan tanto como nosotros a ellos.

A veces aquellos a los que necesitamos no nos escuchan.

Así es como se manifiesta el derecho a la invisibilidad. Cuando aquellos a los que necesitamos hacen uso de su derecho a que seamos invisibles.

4.3.13

La autoridad moral no existe.

Despues de un par de años sin postear, vuelvo para compartir una experiencia y una conclusion a partir de dos eventos que ocurrieron con gente que me rodea y a la cual les deseo siempre lo mejor, y de lo mejor que puedo darles nacio la siguiente reflexion.

La primera historia es cortita y no fue necesario decir lo mas evidente. Me sorprende la inteligencia y el respeto con el que me escucho la pequeña Carolina.

Carolina llego una mañana a buscar a mi hija, me saludo porque es muy educada, y al darle un beso en la mejilla sentí un fuerte olor a cigarro. Ella tiene quince años.

Le pregunté que si había estado fumando y me dijo que sí. "Yo no lo oculto, tío".

La primera mala noticia que le dí a esta pequeña es que eso que acababa de hacer se llamaba descaro.

Lo segundo fue una arremetida directa en contra de los fumadores.

"¿Sabes por qué yo fumo?" Me respondió algo que de verdad no me esperaba, pero me fue más útil.

"Porque usted es grande y sabe lo que hace"

"No hija, yo fumo porque no sé lo que hago. ¿Sabes lo que son los cigarros? Son una droga, no distinta del alcohol, o facebook. Yo fumo y después de veinte años de fumar te puedo decir que soy un drogadicto. He intentado dejarlo y mi dependencia es tal que no he logrado hacerme de la
voluntad de dejarlo".

Pregunta: ¿Tengo la autoridad moral para decirle que no fume?

La segunda historia pudo haber tenido consecuencias nefastas. Íbamos en el auto de mi amiga Silvia paseando por la playa mientras que su hijo manejaba. Él, acostumbrado a acelerar el auto al estilo capitalino, casi atropella a unas personas que cruzaron con luz roja y tuvo la mala actitud de tocar la bocina con los dientes apretados. Silvia le dijo que tuviera más cuidado, que en provincias había más respeto por los peatones, a lo que él respondió con un rosario bien nutrido de insultos a los transeúntes. Luego Silvia guardó silencio y mi esposa y yo le dijimos que tenía que insistirle, pero Silvia nos dijo "es que no tengo la autoridad moral para decírselo porque yo manejo igual".

Pregunta: ¿es esto válido?

Yo digo que no. La autoridad moral sólo existe como la excusa para no escuchar un buen consejo. Es nuestro argumento para cerrar nuestra mente ante un llamado de atención que no queremos oír.

Y la demostración fue lo peor de todo. Unos mese después de esa conversación, otro de sus hijos tuvo un accidente por conducir en forma imprudente. No hubo desgracias que lamentar pero ese accidente se podría haber evitado primero siendo un buen ejemplo, y segundo, desestimando el concepto de autoridad moral... y de todas maneras volverse un buen ejemplo.

Los hechos y la moral tienen su propio valor de verdad y debemos analizarlo, no importando de quién venga un buen consejo.