16.5.11

¿"Cambiar de aire" o "cambiar tu aire"?

Lissette a tomado un nuevo rumbo, se acercó más a su marido y entendió que no puede dar más atención a sus amigos que a su propia familia. Insiste en que es un defecto con el que nació ( lo que no es excusa para no corregirlo). El argumento con el que intenta justificar sus actos es "Necesitaba cambiar de aire para evitar la rutina".

Esto me tiene pensando hace un tiempo ya en el famoso "cambio de aire". Lissette viajó mucho pero no volvía más calmada, o tranquila, o desestresada. Era tanta su desesperación por volver a "cambiar de aire" que se comportaba irascible entre una salida y otra.

La conclusión es que  su problema no es la rutina ni la solución es cambiar de aire.

Hasta este punto aún no puedo dilucidar cuál es el verdadero problema de Lissette, supongo que un profesional lo podrá decir (sí, a estas alturas ya creo que lo necesita), podría ser angustia, depresión , stress o todas las anteriores. Lo que sí me quedó muy claro es que "cambiar de aire" no era ni es la solución. Huir físicamente de un lugar no te aleja de tus sensaciones, puede causar la ilusión de dejar atrás tus sentimientos y pesares pero esas cosas no ocupan espacio, están en nuestra cabeza.

Todos hablamos de cambiar de aire cuando queremos hablar de un cambio físico para olvidar nuestros problemas, en otras palabras "vacaciones". Pero no importa cómo sean nuestros problemas y deberes, nuestros pesares siempre van con nosotros y no se les puede dejar atrás (físicamente hablando). Puede ser por esto que Lissette necesitaba salir una y otra vez de viaje, sin darse cuenta salía a buscar nuevamente la solución a un problema que nunca resolvía.

La solución según yo, radica en cambiar el aire propio y la forma de respirarlo. Enfrentar las sensaciones y sus orígenes para equilibrar nuestra mente, nuestra forma de sentir y de percibir nuestro entorno. Un círculo virtuoso en el que la solución a nuestras malas sensaciones (stress, ira, ahogo, soledad, tedio, etc) sea el disfrutar de nuestras rutinas, o bien no transformar todas nuestras acciones "cotidianas" en "rutinas". Ver las misma cara antes de dormir o apenas despiertas se supone que debe ser romántico no rutinario, cocinar para tu familia cada día (o con la frecuencia que sea)  se supone que es un acto de amor, llevar el sustento a casa y pagar las cuentas es un demostración de responsabilidad y de orgullo y no otra excusa para autoconvencerse de que estás atrapado en una rutina.

Si todos estos quehaceres son inevitables ¿para qué estresarnos diciendo lastimosamente "es siempre lo mismo"?

No huyas, no cambies de aire. ¡Cambia tu aire!

8.5.11

La sobre valoración de la herencia genética.

¿Han visto algo más sobre valorado que nuestra herencia genética?

Siempre me encuentro con gente que habla de la muchas de nuestras obras colectivas e incidentales como algo que tiene un valor más allá de lo evidente. Esta forma de pensar que es muy pasional causa que por razones muy discutibles tengamos lazos emotivos incondicionales cuando, en mi opinión no debiera ser así.

He sabido historias de huérfanos que buscan a sus padres genéticos con desesperación, de madres que no tienen ningún cuidado por sus hijos y que los abandonan con sus abuelas o con sus padres, misma cosa los hombres, son más que sabidas las historias de hombres que abandonan el hogar dejando a niños desamparados de una figura que es la que ayuda a fortalecer el carácter en la etapa formativa. Todo esto es recurrente y muy conocido ya sea en forma lejana o cercana. Quizás el comentario que más me molesta es cuando la excusa para seguir respetando a gente que ha demostrado no merecer el respeto de sus cercanos es el accidente genético que los une.

Un huérfano que busca a sus padres genéticos (si me permiten este apelativo) considero que no está honrando lo que le entregan sus padres adoptivos que decidieron ser padres de él. Conozco de cerca padres adoptivos que no hacen ninguna diferencia con sus hijos ya sean de su matrimonio o no y sin embargo quienes los rodean no son capaces de olvidar la falta de lazo genético que existe entre el padrastro y el hijastro. Y el peor caso de todos: Madres/Padres que abandonan a sus hijos (hablemos de un verdadero abandono, no de quienes tienen que entregar a sus hijos en adopción por problemas de recursos) por la droga, por parejas o por la peor razón que se les ocurra pero que tanto sus hijos como las personas en su entorno jamás dejan de ver a quien ha dejado a una familia mutilada como un(a) Padre/Madre.

En el día de la madre no puedo dejar de reflexionar en lo que significa y qué no significa maternidad. Un lazo genético es casi accidental, procrear es parte de nuestro instinto de preservación de la especie (también lo es el matrimonio). Firmar un compromiso en un papel no es lo que nos diferencia de los animales si no el amor que somos capaces de entregar durante nuestra vida.

¿Procrear? Cualquier persona con sus órganos reproductivos sanos puede hacerlo. ¿Criar? con mayor o menor voluntad e interés cualquiera puede hacerlo, el problema está en el compromiso.

La Maternidad/Paternidad la define el amor, la define nuestros actos, y a quién decidimos entregarle nuestra vida. Se alimenta de respeto, de cariño, de autoridad y de buenos deseos para quienes conforman nuestra familia.

Preñar a una mujer no te hace padre, criar un hijo sí.

Parir a un hijo no te hace madre, criarlo sí.

Feliz día a todas las madres, las verdaderas.