7.8.10

Sobre usos justos... o usos inofensivos.



Recomiendo ver este video.

Es increíble que todavía tenga sentimientos encontrados con respecto al copyright. Por un lado me parece justo que los autores de obras reciban lo que merecen por su arte, han hecho de una expresión artística un modus vivendi y en lo personal, a mí, me gusta que me paguen por mi trabajo.

Sin embargo hay una delgada línea de permisos y dineros que es muy difícil de encontrar pero al parecer es muy fácil de mover hacia el lado que conviene.

Creo que para cualquier persona con algo menos de una micra cuadrada de criterio le parecerá aborrecible las demandas hechas a personas que subieron videos caseros y en los que, ya sea incidentalmente o bien a propósito pero sin fin de lucro, aparecieron materiales protegidos por copyright. Sin embargo no estoy tan en desacuerdo en que las mezclas hechas con temas protegidos y con propósitos comerciales sean consideradas inocentes obras de arte.

Hace unos pocos días me tocó ayudar a uno de mis hermanos pequeños con una tarea muy particular. Se trataba de un radio teatro. Puede que no sea la última maravilla del mundo en sonido o actuación, pero estoy orgulloso del esfuerzo realizado por mi hermano y sus compañeritos. No queriendo ser menos hice mi mayor esfuerzo tanto con la mezcla como con la edición (la ecualización fue todo un asco). El resultado fue un siete para mi hermano y sus compañeros y un enorme entretenimiento para mí.

Me sentía tan orgulloso de lo que habíamos logrado que tuve la intensión de subirlo a internet. Además el libreto apuntaba a una lección moralizadora muy útil para su rango etario.

Pero...

Había muchos factores a tomar en cuenta. La mayor parte de las muestras de audio que me entregaron para la ambientación fueron descargadas por Ares, por lo que dudo que no hayan estado protegidas. Sólo ocupé un par (exactamente dos) muestras libres que descargué desde freesound.org (un trueno y un portazo que te paran los pelos). Además de eso me proporcionaron dos canciones de películas de terror, una era de la película Psicosis y la otra creo que era uno de los temas de Halloween (aunque como estaba hecha con un sintetizador setentero, aún no puedo dar con la película).

Y aquí fue donde lo pensé muy bien. En medio segundo me imaginé con una demanda de alguna productora de Hollywood por utilizar su material.

Si así lo desean yo hablo con mi hermano y le pido algún porcentaje del siete que se sacó para hacérselos llegar a la/s productora/s. Pero no va a dejar de ser ridículo ya que estas productoras lo que buscan es dinero y el control total de su material.

Este es el problema que se suscita cuando el arte se transforma en industria. Las industrias se aferran a las leyes que ellos mismos han pujado para proteger sus productos, pero exageran en las medidas que toman y definitivamente buscan a las victimas equivocadas.

Al final el arte sigue en las calles. Hay que salir a buscarlo.

5.8.10

¿Es la internet un servicio básico?

¡Uf! Cuanto tiempo sin agregar una entrada a mi blog. Entre el podcast y las exigencias de mi trabajo no me he dado el tiempo de escribir. Pero aquí estoy, en una noche insomne analizando si internet debe o no ser considerada un servicio básico.

Anteriormente ya había hecho un análisis sobre la necesidad y el uso de la tecnología en distintos entornos sociales y de cómo lo que los más liberales consideramos una necesidad a veces no es más que un vicio.

Sin ir más lejos me pasó hace unos meses con mi hija (dulce protagonista de mi filosofía paternal) que descubrí lo que el computador y la internet significaban para ella.

Empezó mal el año en el colegio y como yo trabajo demasiado y mi esposa se está transformando en microempresaria nos descuidamos de ella.

Aunque en algunos aspectos, mi bebé es muy madura, es una bebé de trece años al fin y al cabo y necesita, como todos los niños/adolescentes, lineamientos.

Al ver que empezó mal el año tuve que restringir sus distractores lo más posible, es decir, bloquear el acceso a internet (para evitar el chat, el chat y el chat, que son sus tres problemas principales) y además bloquear los decodificadores de la televisión por cable. Desgraciadamente las prioridades de mi esposa son algo extrañas y deja en primer lugar sus divertimento, en segundo ser mamá y en tercero ser esposa, así que el bloqueo de los decodificadores no duró mucho. Luego me di cuenta que la bebé en realidad necesitaba internet para hacer tareas. El problema en específico es que encontrar la información que buscaba le tomaba seis o más veces el tiempo que debería tomarle ya que en paralelo publicaba en fotolog, veía su facebook, chateaba por facebook, chateaba por msnetwork, etc. Es decir, buscar información era la excepción y no la regla en el uso del computador.

Pero seguimos con el problema: ¿cómo controlo eso si no puedo estar presente? Bueno, hay más de una solución. Para los que sabemos configurar un router podemos bloquear algunas páginas específicas, y tanto para los que tienen como los que no tienen un router existe una mejor solución que es OpenDNS; permite entre otras cosas bloquear con muy poco esfuerzo contenido pornográfico, chat, juegos en línea, etc. Aquí hay un completo manual de cómo configurar estos servicios.
Últimamente he leído que la mejor solución a este problema es "educar al usuario". Estoy completamente de acuerdo, pero créanme, les puedo decir empíricamente que métodos como estos son sumamente útiles para educarlo. Mientras un usuario con malas costumbres o "no educado" vea una puerta abierta siempre va a salir por ella. Para muestra, mi hija y mi secretaria que no importa cuantas veces le diga que necesito el pc para hacer algo importante, si está mirando fotos en facebook, va a ser hasta lo imposible por seguir en el computador y se va a distraer de manera magistral hasta que no se canse de ver las dichosas fotos. La solución irredargüible fue bloquear facebook. Es decir, a veces prohibir es parte de educar.

Y ahora viene la parte simpática de la historia. Sucede que con mi esposa conversamos y decidimos bloquear todos los servicios de chat, más fotolog, más facebook, pero sin decirle nada, para ver qué hacía con su tiempo si no tenía esos distractores. La verdad fue más descarnado, desgarrador y revelador de lo que yo pensaba.

Repentinamente escucho un grito desde el cuarto de mi hija:

-¡No hay internet!

-¡Sí hay! - le respondí yo.

-No, no hay, ¡por más que trato de meterme a facebook no puedo!

Es penoso, pero no se podía deducir otra cosa más que, para mi hija, si no había facebook no había internet, o dicho de otra forma "para qué voy a tener internet si no puedo acceder a facebook".

Me acerqué a su computador y en la barra de direcciones de firefox escribí: www.rae.es. La página cargó de inmediato. Luego me dirigí a wikipedia.org. Sin problemas.

Le expliqué que debía manejar mejor su tiempo y que debía darle cabida a los estudios en su tiempo libre. Le expliqué que media hora bien estudiada era mejor que dos horas entre la tele y los libros... bueno, este argumento lo conocemos todos, hayamos hecho caso de él o no.

Este era un perfecto caso de una buena herramienta que se utiliza mal. A muchos les he escuchado decir que la internet es un basural, que solo distrae, que es una fuente de corrupción para los niños, etc. Y aunque yo mismo más de alguna vez también lo dije, me di cuenta que yo no la utilizaba así. Yo soy más bien adicto a la wikipedia, a las páginas científicas a la música de licencias libres, foros sobre sonido, un montón de cosas útiles que llenan mi ocio.

Y es que el ser humano tiene la tendencia natural de buscar el uso destructivo de las cosas. Nobel inventó la dinamita, una excelente herramienta en la minería, pero no faltó quien la utilizó para robar bancos o asesinar gente. Un martillo es una noble herramienta con la que se puede construir diversas cosas, desde pequeños muebles hasta casas completas, pero también hemos sabido que ha sido utilizado para torturar y asesinar.

Aún no tengo claro si la internet es un servicio básico o no, pero si no lo es, lo será en poco tiempo. Además, si revisamos la historia de los servicios básicos nos daremos cuenta que todos en su momento fueron lujos, la electricidad, el agua potable, el teléfono, etc.

Sea o no un servicio básico,  en los padres está siempre el destino de nuestros hijos, somos nosotros los que debemos guiar sus pasos y somos quien maneja el cincel de su moralidad. A veces hay que pegar fuerte con él, otras veces hay que dar golpes suaves, y si mesuramos lo suficiente nuestro esfuerzo podremos lograr una obra maestra. Con cada herramienta que les enseñemos a utilizar a nuestros hijos debemos dejar en claro también la responsabilidad que esto conlleva.